sábado, 2 de febrero de 2008

La huella cultural de Novedades

Este febrero cumple años mi amigo de años Jaime del Valle. Lo conocí en la universidad y aunque por largo tiempo la distancia abrió una brecha física, en realidad nos mantuvimos en contacto mediante el impulso de proyectos periodísticos sobre cultura en Tabasco. A invitación de Jaime varios años colaboré gratuitamente en el suplemento cultural "Acervo" de Tabasco Hoy. Después, por alguna razón, él salió de ese diario y comenzó un nuevo proyecto en Novedades de Tabasco. Una vez más me invitó a colaborar y una vez más, fiel a la amistad —que supera todo interés y al final es lo que vale— emprendí esa nueva ruta junto con él. Ese nuevo sumplemento cultural, que se llamó "Enterarte", no tuvo larga vida. Pero el tiempo que se publicó yo entregué, puntual, mi colaboración. Bajo el título "La huella cultural de Novedades", este fue el primero de esos textos, el cual escribí, según mis notas, el 20 de julio de 2000 y debió publicarse por aquella fecha. Lo expongo aquí ahora, tal cual, a propósito de un año más de vida de mi amigo. Un buen recuerdo siempre es un buen regalo.

Por Fernando Vázquez Rosas

Por el año de 1936, cuando tenía 24 años, Fernando Benítez tuvo por primera vez la idea de fundar un suplemento cultural, inspirado en las secciones dominicales del diario español El País y los argentinos La Nación y La Prensa, los cuales llegaban a la redacción de El Nacional, periódico donde él trabajaba.

En 1947 Benítez asumió la dirección de El Nacional y hasta ese entonces pudo concretar su idea. Fundó en ese año el suplemento denominado "Revista Mexicana de Cultura".

Pero su labor directiva apenas llegó al año siguiente porque, siendo El Nacional un periódico propiedad del gobierno, en 1948 el entonces secretario de Gobernación, Ernesto P. Uruchurtu, lo llamó a sus oficinas para exigirle que restituyera en la fuente de Presidencia a cierto reportero que el propio director del diario había destituido.

Como Benítez se negó a hacerlo alegando que dicho reportero tenía insuficiencias para desempeñar su labor, Uruchurtu le dijo:

—Si usted no obedece un ruego, entonces obedecerá una orden: restituya inmediatamente al reportero a su fuente original.

Sin titubeo, Fernando Benítez le contestó:

—Señor licenciado, vaya usted y chingue a su madre.

"Revista Mexicana de Cultura" fue el primer suplemento cultural moderno de México, pero su desarrollo no floreció después de la salida de Benítez de El Nacional.

El que sí se convirtió en la base del periodismo cultural mexicano de la segunda mitad del siglo XX fue el segundo suplemento cultural que fundó Fernando Benítez, esta vez en Novedades.

En 1949 Rómulo O'Farril, recién elegido director general de Novedades, aceptó la propuesta de crear un suplemento de cultura. Según palabras de Fernando Benítez, don Rómulo no tenía ninguna idea de lo que era un periódico o un suplemento de esa clase, y el mismo diario, con toda su espléndida maquinaria, no estaba ejercitado para editar una publicación tan fuera de las normas corrientes.

Con todo, el suplemento tomó forma y se publicó bajo el nombre de "México en la cultura", en el que hubo crítica seria y un estudio de los grandes problemas del país; en él figuraron los más prestigiados escritores no sólo de México sino también los españoles refugiados y los latinoamericanos.

Fernando Benítez, considerado el padre de los suplementos culturales en México —y quien falleció el lunes 21 de febrero de 2000—, siempre presumió que el primer colaborador del suplemento de Novedades fue Alfonso Reyes. El propio Benítez contó muchas veces que un día se acercó a don Alfonso y le dijo: "Yo sé que usted paga por publicar sus libros, que no se venden y que nadie los lee. Yo le ofrezco a usted un público de cien mil lectores". Reyes aceptó y se convirtió, hasta su muerte, en colaborador del suplemento.

Además de Alfonso Reyes, en "México en la cultura" también escribieron, por citar sólo algunos, el crítico europeo Paul Westhein, Gabriel García Márquez, Luis Cardoza y Aragón, Enrique González Pedrero, Julieta Campos, Juan García Ponce, Emilio Carballido, Tito Monterroso, Alí Chumacero, Octavio Paz, Luis Villoro, Rubén Bonifaz Nuño, José Luis Martínez, Miguel León-Portilla, Pablo y Enrique González Casanova, Rodolfo Usigli, Gastón García Cantú, los entonces jóvenes José Luis Cuevas, Elena Poniatowska, Rosario Castellanos, Emilio García Riera, Jorge Ibargüengoitia, Víctor Flores Olea, Carlos Fuentes, y los todavía más jóvenes José Emilio Pacheco y Carlos Monsiváis.

El suplemento de Novedades expuso así una imagen de la riqueza cultural de nuestro país y fue el punto de partida de muchos que hoy son pilares de la cultura mexicana. Con "México en la cultura" habíamos destruido las capillas y el ninguneo, y la cultura circulaba al fin por las calles, dijo una vez Benítez.

En 1961 Fernando Benítez y la mayoría de sus colaboradores salieron de Novedades argumentando motivos de censura. Tiempo después Benítez fundó otros suplementos culturales: "La cultura en México", en la revista Siempre! (1962 a 1970), "Sábado", en unomásuno (1977 a 1986) y "La Jornada semanal", en La Jornada (1984 a 1989). Sin embargo, la huella del suplemento de Novedades quedó para siempre.

El editor de cultura de El Financiero, Víctor Roura, escribió en su columna del 29 de febrero de este año que el crítico literario Emmanuel Carballo le dijo en cierta ocasión que el suplemento "México en la cultura" había sido el mejor de su época y quizás simplemente el mejor, porque "ni en Siempre!, ni en el unomásuno, ni en La Jornada, Benítez superó lo que hizo en el Novedades".

La cultura, que en los periódicos, y en general en los medios de comunicación, es muchas veces considerada de relleno o sitio ideal para justificar publicidad, poco a poco ha ido ganándose un sitio relevante. Por eso es de celebrarse que, como lo hiciera Novedades en los años 40, cuando dio cabida entre sus páginas al suplemento "México en la Cultura", ahora Novedades de Tabasco abra un espacio para este género.

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