martes, 7 de febrero de 2012

El Maximato que viene

Por Fernando Vázquez Rosas

(Publicado en La Verdad del Sureste, el martes 7 de febrero de 2012)

Para algunos el poder no tiene rostro y su búsqueda no sabe de tiempos ni de formas ni de escrúpulos. Humberto Mayans lleva años con la idea de hacerse del poder total en Tabasco. No ha podido detentarlo de manera formal aunque lo ha ejercido desde el segundo plano y ahora pretende seguir al mando a través de otros, de los suyos.

No es secreto que durante el sexenio que fenece el poder formal estuvo en manos de Andrés Granier pero el poder real encarnó en la figura del secretario de Gobierno. De Mayans supo la oposición perredista y algunos panistas, la mano abierta para quien se dejara tomar o el puño autoritario para los que se resistieran.

Pero del poder real supieron también algunos priistas de antaño y de ahora como Gustavo Rosario, Héctor López Peralta y Luis Felipe Graham. Denostados hasta el cansancio, vencidos algunos en sus labores y aspiraciones, los tres compartían un adversario: Humberto Mayans. La casualidad en política nunca es casual.

Mayans sonreía en público y se imponía a gritos en privado. Al ejercer el poder mostraba el rostro pero frente a la población usaba la careta. Con poder pero también con el dinero del presupuesto pudo tejer adhesiones y complicidades hasta llegar a posicionarse como el favorito hacia la gubernatura, con el aval de su compadre el gobernador.

Cuando las cosas cambiaron se desató la tormenta y Mayans titubeó pero no se quebró. En ciertos momentos tomó distancia para reenfocar el golpe y, ahí sí, desistió del cobijo del gobernador y buscó cuerdas nacionales, especialmente la de Humberto Moreira, quien había llegado a la dirigencia del PRI sin objeciones.

Mayans parecía tener ya un escenario propicio para por fin alcanzar la gubernatura, lo que ya había intentado en el PRI, luego en el PRD y ahora de nuevo en el tricolor. Con la caída de Moreira el mundo se le vino encima y entendió que no sería candidato. En el propio Comité Ejecutivo Nacional se lo hicieron saber.

Entonces comenzó a tejer el poder de otra forma para estar sin estar, para mandar sin obligaciones, para operar sin ser visto. Al fin de cuentas el poder es lo que le interesa, no el cargo.

Así las cosas, si Granier ha resultado el gran perdedor de esta sucesión, Humberto Mayans se está situando como el gran ganador. Mientras el aún mandatario no pudo imponer candidato a la gubernatura, el ex secretario de Gobierno avanza con sus predilectos hacia la Quinta Grijalva y quizá también hacia la alcaldía de Centro y al Senado de la República, donde él mismo ya es inquilino seguro.

Es más: En estas fechas, a inicios de febrero, Humberto Mayans es el único aspirante que tiene asegurado su próximo puesto por seis años pues, al perfilarse como candidato al Senado en la primera fórmula del PRI-PVEM, gane o pierda la elección ocupará esa posición. Ningún otro político tabasqueño tiene asegurado nada.

Desde esa posición cómoda, sabiéndose ganador de antemano, Mayans impulsa al priísta Jesús Ali hacia la gubernatura con la idea de hacer a un lado en definitiva a su adversario Arturo Núñez, quien será el abanderado del PRD y demás partidos de izquierda.

Pero también le sería cómodo que uno de sus cuñados, Rosalinda o Adán Augusto López Hernández, fuera el candidato del PRD al ayuntamiento de Centro porque ahí sí le convendría empujar el triunfo opositor para deshacerse de su otro adversario político: Luis Felipe Graham. Que el ex secretario de Salud pertenezca a su propio partido, el PRI, no le incomoda a Humberto Mayans.

Y si su hermano Fernando Mayans se hace de la primera fórmula para el Senado dentro del PRD entonces el ex secretario de Gobierno tendrá casa llena o hará carambola. Es la familia pero antes que nada es el poder. Es cierto que ninguno de ellos tiene culpa de estar emparentados y tener aspiraciones políticas, pero tampoco pueden eludir la sospecha pública de la complicidad.

Tan sólo un dato: Humberto nunca ha criticado a Rosalinda, Adán y Fernando. Y a la inversa: Rosalinda, Adán y Fernando nunca han criticado a Humberto. Otra vez: la casualidad en política no es casual.

Si gana Jesús Ali la gubernatura, si gana uno de los López Hernández la alcaldía de Centro y si gana Fernando Mayans el Senado, entonces Humberto Mayans, senador él mismo, tendrá de nuevo el suficiente poder para imponerse el próximo sexenio.

Volvería a mandar a través de otros. Sería el Plutarco Elías Calles de estos tiempos. Impondría una especie de Maximato tabasqueño.

POR CIERTO… La directora general de Cultura, Norma Cárdenas, dijo que cuando Andrés Granier deje la gubernatura podrá caminar tranquilo por las calles porque nadie podrá reclamarle nada acerca del quehacer cultural de estos años. Le mintió. Habrá mucho que reclamarle al todavía gobernador. Y hay datos. En su edición de Febrero 2012 la revista Alcaldes de México publicó el artículo “Consejos para elaborar un programa cultural” (pags. 66-67) donde se habla del Índice de Capacidad y Aprovechamiento Cultural de los Estados (ICACE) en el que Tabasco está en último lugar. Es decir, nuestra entidad es la que menos oferta cultural tiene de todo el país.

fernandovazquezr@gmail.com
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