lunes, 30 de enero de 2012

Los candidatos del PRI

Por Fernando Vázquez Rosas

(Publicado en La Verdad del Sureste, el lunes 30 de enero de 2012)

No resulta exagerado decir que se está abusando de las encuestas para la toma de decisiones político-electorales. Salvo muy honradas excepciones, ser el más popular no es garantía de ser el mejor gobernante.

Ahí está Vicente Fox, que echó a la basura el bono democrático que lo llevó a la Presidencia de la República y cuya actuación durante su gobierno, pero también en el proceso electoral de 2006, fue un agravio para los mexicanos.

Ahí está ahora Enrique Peña Nieto, que es el más guapo, el que más sale en la tele, el que encabeza las encuestas, pero es el que menos lee, el que ni siquiera sabe del salario mínimo o cuánto cuesta el kilo de tortilla.

Y ahí está también Andrés Granier, el químico, el chelito, el padre querido en el que confiaron miles de tabasqueños pero que al llegar al poder se olvidó de todos y se dedicó a velar sólo por sus intereses personales.

Por eso no es exagerado decir que el más popular no siempre es el mejor, aunque es entendible que los partidos políticos insistan en el método de las encuestas para definir a sus abanderados con el propósito de evitar rupturas.

En el PRI de todos modos no tienen muchas dificultades porque quienes encabecen las encuestas y sean postulados —ya tienen definido el caso de la gubernatura, el Centro y senaduría pero faltan las diputaciones y alcaldías— serán malos candidatos porque tienen un problema de origen: su propia historia, el haber sido partícipes o cómplices de la administración granierista que tiene a Tabasco en el derrumbe.

Porque, por ejemplo, ¿con qué cara los candidatos del PRI van a pedir apoyo a todos aquellos que se inundaron una, dos, tres, cuatro, cinco veces y perdieron sus bienes una, dos, tres, cuatro, cinco veces y siguen temiendo volver a irse al agua?

¿Qué le dirán los candidatos del PRI a los miles de trabajadores del gobierno que fueron despedidos y no se les indemnizó o les dieron finiquitos injustos, muchos de los cuales incluso fueron maltratados y humillados?

¿Cómo intentarán convencer los candidatos del PRI a esos pequeños empresarios que quebraron porque se privilegió a unos cuantos o no les han pagado sus productos o servicios?

¿Qué les expondrán los candidatos del PRI a los que, teniendo derecho, en el ISSET no les pagan sus pensiones o sus fondos de retiro y ahora ni les dan sus medicinas?

¿De qué manera pensarán dirigirse los candidatos del PRI a los adultos mayores, a las madres solteras y a las personas con discapacidad, a quienes se les quitó la pequeña ayuda que les daban mientras los altos funcionarios priistas se despachaban cuantiosos bonos de fatiga?

¿Cómo los candidatos del PRI pedirán ayuda a más de la mitad de la población tabasqueña que está en la pobreza o a los que de plano sufren hambre?

¿Y a los que no tienen empleo, sobre todo los jóvenes, porque la economía estatal está estancada y el gobierno ya se endeudó por 30 años?

¿Y a los que creyeron que ante tanto problema económico realmente habría austeridad pero se enteraron que el hijo del gobernador usaba las aeronaves oficiales para viajar con sus novias?

¿Y a los que creyeron que de verdad habría caras nuevas pero están viendo cómo reciclan y reciclan a Humberto Mayans, a Gustavo Rosario, a Chavo Suárez?

Tabasco es un desastre y el gobierno estatal está en manos del PRI. Por eso, ¿qué le van a decir los candidatos del PRI a la gente? Porque ya vienen las campañas y, ya se sabe, es tiempo de sonreir, de estrechar manos, de abrazar, de prometer.

Es altamente probable que los candidatos del PRI y los suyos de todos modos vayan a decirle a los tabasqueños que ahora sí, deveras, deveritas, ahora sí las cosas van a ser diferentes.

Es altamente probable también que pronto se active totalmente la maquinaria tricolor, auspiciada con dinero del gobierno, para regalar y regalar y regalar cosas a la gente, siempre necesitada, con el objetivo de aminorar el desafecto colectivo hacia el partido aún en el poder.

Nada más por citar dos casos recientes: el 6 de enero Granier obsequió miles de juguetes en la Quinta Grijalva, comprados a la empresa Juguetes Emy, cuyos empaques destacaban el logotipo del Gobierno del Estado y del DIF.

Y la semana pasada se regalaron cuadernos y otros útiles en escuelas públicas a nombre del gobernador Andrés Granier y de la secretaria de Educación, Beatriz Luque, quien casualmente quiere ser diputada.

Todo sin control, sin transparencia, a escondidas, con dinero proveniente quién sabe de qué partida presupuestal, mero populismo electorero.

Pero vale la pena hacer una pregunta más: Si ya hay coincidencia pública en que el gobierno de Andrés Granier, priísta él, ha sido el peor de la historia de Tabasco, ¿pues cómo sería el siguiente sexenio si vuelve a gobernar el PRI?

fernandovazquezr@gmail.com
@fer_vazquezr

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