Por Fernando Vázquez Rosas
A 2 mil 200 metros sobre el nivel del mar se ubica Donato Guerra, un pueblo al norte del Estado de México de calles estrechas y empedradas, con kiosco y mercado todo color al que la gente llega muy temprano.
Desde la Ciudad de México hay que viajar dos horas por tierra para llegar a ese lugar. A lo lejos se ven los cerros. Hay sol pero el día es fresco. Por las tejas de las casas escurre agua, testimonio de una llovizna reciente.
En un local comunitario sin pintar y con techo de lámina, Andrés Manuel López Obrador habla ante sus seguidores, integrantes todos de los comités municipales de su Gobierno Legítimo de México.
“Se está derrumbando nuestro país y los que dominan México no quieren llevar a cabo un cambio, no les importa porque a ellos siempre les va bien, por eso solo el pueblo organizado puede salvar al pueblo”, expone.
Habla de la apatía y desesperanza que cunde, pero también de la necesidad de creer en algo “y por eso tenemos que hacer nuestro trabajo, para que la gente sepa que en el 2012 hay dos caminos”.
Entre sus palabras llama la atención que se refiere a los políticos como “achichincles de los potentados”. Así, en general. A bordo de una camioneta blanca, mientras se traslada a otro municipio mexiquense, la pregunta surge natural.
—Dice usted que los políticos son achichincles de los potentados, pero usted también es político.
—Pero nosotros tenemos una causa, nosotros queremos un cambio y estamos en contra de la corrupción y del grupo que se ha venido apoderando del país. Es un grupo de 30 personas, 16 hombres de negocios, 11 operadores políticos y tres tecnócratas. Ese es el poder que manda en el país, es el grupo que ha confiscado todos los poderes constitucionales, ese grupo tiene a su servicio a diputados, senadores, jueces, magistrados, ministros, intelectuales, periodistas, comentaristas de radio y televisión. Ahora la gente, ante la crisis, le echa la culpa a los políticos y a los partidos, y la verdad es que esos políticos no son más que empleados de los 30 potentados, esa es la realidad.
—¿Hay de políticos a políticos entonces?
—Desde luego, hay gente que busca el cambio. Un político que no busca transformar, que no busca renovar, cambiar la realidad de injusticias y opresión, no es más que un acomodaticio, alguien que se preocupa nada más por lo individual, que no está pensando ni en el pueblo ni en la Nación. La política es hacer historia, la política es luchar siempre por ideales, por principios, es poner por delante el interés del pueblo, el interés de la Nación.
La entrevista es pactada en Villahermosa pero realizada en uno de los recorridos por el Estado de México. Es sábado y la agenda marca tres municipios, distantes unos de otros.
Hasta ahora, según los datos que él mismo ofrece, López Obrador ha visitado los 2 mil 38 municipios de régimen de partido y otros 418 municipios indígenas de usos y costumbres de Oaxaca. Se trata de más de 500 días de andar por más de 173 mil kilómetros de caminos pavimentados y de terracería.
También ha constituido más de 2 mil comités municipales de su Gobierno Legítimo, que ya cuenta con más de 2 millones y medio de afiliados. Y mes con mes se distribuyen miles de ejemplares del periódico Regeneración, el órgano de difusión de su movimiento.
Además de algunas apariciones en medios masivos y lo que se difunde en su sitio web, en los últimos meses el ex candidato presidencial tabasqueño también se comunica a través de Twitter.
Andrés Manuel habla de la construcción de una nueva República, desde abajo, con la gente. Pero de cara al 2012 las encuestas no lo favorecen y la constante hacia su persona son las descalificaciones. El nado es a contracorriente.
—Pareciera un paso lento el suyo mientras otros tienen la televisión. Por ejemplo, un político como Enrique Peña Nieto, quien en poco tiempo ya aparece arriba en las encuestas, pareciera que va más rápido. ¿No se desespera, no es un paso muy lento, no habría que meterle otro acelerador?
—No, porque ese es el camino, el de organizar pacientemente al pueblo, hacer conciencia para lograr un verdadero cambio. Nosotros no podemos estar pensando que vamos a contar con el apoyo de los medios de comunicación porque sería ingenuo, sería un grave error. Los medios están controlados, en su mayoría, por los potentados, eso es lo que sostiene a este régimen de corrupción, el control que tienen de los medios, sobre todo de la televisión. Entonces, sería perder el tiempo estar pensando en otras estrategias supuestamente con la intención de avanzar rápido, cuando no se va a poder contar con los medios de comunicación. Va a ser en contra, inclusive, de los medios de comunicación como se tiene que dar el cambio.
—¿Ese cambio, entonces, podría tardar más de lo esperado?
—No, porque depende del pueblo, toda nuestra apuesta es al despertar ciudadano. Si la gente despierta, va a haber una insurgencia cívica, una insurgencia ciudadana para hacer a un lado a la oligarquía, a la mafia del poder, derrotarlos de manera pacífica, sin violencia y establecer una auténtica democracia, un gobierno del pueblo y para el pueblo. Pero no veo otro camino más que el de organizar, informar, orientar, concientizar al pueblo para lograr esa transformación y se ha avanzado y todos los días se avanza en ese propósito. Si nos alcanza el tiempo, en el 12 se va a dar la transformación.
Aunque perdió la Presidencia en el año 2000 y en el 2006 se fue al tercer lugar nacional, el PRI ha registrado una recuperación electoral notable y hacia el 2012 puntea en las encuestas. Por todos lados se habla del regreso del PRI.
López Obrador, sin embargo, tiene otra visión y lo ilustra con un pasaje de la historia nacional: “El regreso del PRI sería como el regreso de Santa Anna, un gran cacique que fue 11 veces Presidente de México”.
Cuenta el tabasqueño que Antonio López de Santa Anna llevaba diez veces siendo Presidente y fue entonces cuando Estados Unidos invadió el país y se le entregó más de la mitad del territorio nacional: Texas, Nuevo México, Arizona, California.
“¡No hay que olvidar que el 16 de septiembre de 1848 izaron la bandera de Estados Unidos en Palacio Nacional!”, enfatiza el ex jefe de gobierno del Distrito Federal.
Ante esos hechos Santa Anna se fue al exilio, a Colombia, tachado de traidor a la patria, pero como había mucha tristeza, desesperanza y desorientación, a los cuatro años, en 1852, algunos decidieron ir a buscarlo y lo instalaron de nuevo en la Presidencia.
“¡Fue peor! Porque regresó y vendió otra parte del territorio mexicano, que se conoce como La Mesilla, en diez millones de pesos, los cuales derrochó porque se autonombró Su Alteza Serenísima. Por eso el regreso del PRI sería más sufrimiento, como el regreso de Santa Anna, quien luego sólo duró un año porque inició el movimiento liberal”, indica Andrés Manuel.
Y añade: “Por eso nosotros tenemos que informarle a la gente que hay una operación de recambio que ya echó a andar la mafia del poder para hacer creer que la solución a los grandes y graves problemas de México están en el regreso del PRI, como si los males que aquejan al país no se hubieran originado cuando estaba el PRI en la Presidencia.
“Toda esta tragedia comenzó desde la época de Salinas, cuando unos cuantos empezaron a quedarse con los bienes de la Nación, con los bienes del pueblo, para beneficio de un grupo, fue un gran saqueo, un bandidaje. Entonces, tenemos que hacerle ver a la gente que esa es una salida falsa”.
—¿Y qué pasó con la transición democrática?
—Eso fue un gran engaño, porque al final de cuentas este grupo que manda y que no quiere ningún cambio pues son dueños también del PRI y del PAN, ya compraron las franquicias de esos dos partidos y usan a un partido o a otro de acuerdo con lo que les conviene.
—¿Utilizaron al PAN para hacer creer que había una transición?
—Utilizaron al PAN con ese propósito porque les hacía falta una recomposición y ahora echaron a andar ya otra. No olvidemos que nos hacen el fraude en 2006 con apoyo del PRI. Cuando ven que Madrazo no les iba a resultar, que no iba a poder detener el movimiento nuestro, pues hacen a un lado a Madrazo y a los gobernadores del PRI, con la participación de Salinas y de Fox, inclinan la balanza a favor del PAN y son ellos los que se suman al fraude electoral. En estados priistas los gobernadores se hicieron cargo del fraude a favor del PAN y en contra nuestra. Ahora como el PAN ya no les sirve, como Calderón ya no representa nada ni a nadie, nadie lo respeta, pues ya lo hicieron a un lado y ahora la apuesta es al PRI y a Peña Nieto.
—¿Se comprueba esto de que ponen gerente y no Presidente de la República?
—Sí, porque desde hace algún tiempo ya no hay autonomía en el que gobierna en México, son empleados de la mafia del poder.
El trayecto es largo y la hora de la comida sorprende andando. Pero la solución es simple. En una tienda se compran sándwiches y jugo. Más adelante, a la orilla de la carretera, bajo un puente, López Obrador toma unos minutos para comer a bordo de la camioneta. No alcanza para más el tiempo.
Andrés Manuel viaja prácticamente solo. Lo acompaña un quinteto de ayudantes entre el chofer, su equipo de prensa y otros que lo asisten con la gente.
Las noticias de los últimos meses no son alentadoras. La llamada guerra contra el narco ha cobrado más de 22 mil víctimas, muchas de ellas civiles inocentes y, para colmo, el secuestro de Diego Fernández de Cevallos crispó al país.
Combatir a la “mafia de la política” en ese contexto no es nada sencillo. Durante la campaña presidencial contaba con seguridad militar, ahora son otras las condiciones. Por eso la pregunta es inevitable:
—¿Amenazas ha recibido? El país está muy peligroso.
Pasan unos segundos. Obrador mira sereno y suelta una ligera sonrisa. Afuera de la camioneta ya lo esperan sus seguidores. A punto de abrir la puerta toma aire y simplemente dice: "Tengo mi conciencia tranquila".
Algunos representantes del Gobierno Legítimo plantean ante Andrés Manuel López Obrador una preocupación. Es el Estado de México y el próximo año habrá elecciones. Y desde ahora, según las denuncias, les están pidiendo la credencial de elector a cambio de diversas promesas.
Son campesinos y mujeres humildes que han llegado a exponer lo que viven. López Obrador les indica dos caminos: agarrar lo que les ofrezcan y a la mera hora no vender el voto. O aguantar y no aceptar nada.
“Esto de la compra del voto es un asunto que ya tenemos que ir viendo hacia adelante”, expone el tabasqueño. La conversación con el Presidente Legítimo también toma esa ruta:
—Si le robaron la Presidencia una vez en 2006 se la pueden volver a robar en 2012, ¿no?
—Claro que sí, pero va a depender del nivel de organización que alcancemos. En el 2006 el fraude se hizo, primero, porque la mafia no quiere que las cosas cambien, pero también porque se valieron de que nos faltaba organización. Ahora llevamos más de tres años recorriendo el país, organizando a la gente, ya tenemos una organización nacional que no teníamos. Es un trabajo intensivo, muy complejo, pero fundamental.
—Pero ahora ya se invirtieron las cosas. De 2001 a 2006 la popularidad suya estaba muy arriba y faltó organización, ahora hay organización y esto de la popularidad no le favorece.
—Pues yo creo que nos ha ido bien porque hemos resistido. La mafia del poder no sólo quería robarnos la Presidencia sino destruirnos por completo, borrarnos por completo, y no lo han logrado. Se han dedicado a atacarnos un día sí y el otro también para crear leyendas negras sobre mi persona y no han podido. Yo no sé si otro político hubiese resistido los ataques que me han dirigido a mí mis adversarios y, sin embargo, pues no han podido destruirnos y no van a destruirnos, hay millones de mexicanos que nos tienen confianza.
—Esto de las leyendas negras ha sido constante en su trayectoria política, lo han acusado de todo, ¿le ha molestado algo en especial?
—No, porque conozco la historia del país y siempre el que lucha en contra de la opresión es atacado severamente. A Hidalgo le llamaban demagogo, a Morelos hereje, a Juárez lo atacaron mucho y le decían indio apestoso, a Villa y Zapata los trataban de bandidos, a Madero de espiritista y loco, y son nuestros héroes. Entonces, siempre que se enfrenta alguien a los opresores se le trata de destruir de distintas maneras, políticamente y a veces hasta físicamente.
—Andrés Manuel, en los mítines le decían “no estás solo” y usted respondía “no estoy solo porque tengo al pueblo”. Pero cuando ve que los perredistas hacen alianzas con el PAN, o cuando uno de sus hermanos se retira de la política y otro apoya al PRI, ¿no siente de pronto que sí lo dejan solo?
—No, porque son millones los mexicanos conscientes y cuando hay un proceso de transformación, cuando se busca un verdadero cambio, siempre hay traiciones y hay gente que se cansa de luchar y no resiste, pero no puede uno estar pensando en eso, uno tiene que seguir adelante porque la causa exige una entrega total y además es extraordinario luchar en bien de otros, eso genera también mucha satisfacción. El que se hace a un lado, el que se queda a la orilla del camino, se lo pierde.
—¿Aunque sean familiares?
—En el caso de mi familia todos me apoyan y todos son consecuentes. Aquí aprovecho para decirte que en el caso de mi hermano Arturo fue una decisión que él tomó, la respeto, no la comparto, creo que el PRI es un partido corrupto en donde la gente solo busca el beneficio personal, ese es un partido para quienes tienen mentalidad individualista, quienes tienen como dios el dinero. En el caso de Pepín (su hermano José Ramiro), él no se ha retirado del movimiento, él dejó la función pública, política, pero él es un hombre consecuente, es una gente honesta. Este ladrón de Andrés Granier (el gobernador de Tabasco) lo ha querido involucrar en actos de corrupción pero Pepín es una gente honesta, ocupó un cargo, vive de manera modesta, no es un ambicioso. El que sí es un ladrón es el gobernador de Tabasco y tengo pruebas, me consta, Andrés Granier, que ha desgraciado a mi pueblo, que ha llevado a Tabasco a una grave crisis económica y de bienestar social. Entonces, yo por el lado de mi familia les agradezco que la mayoría esté en el movimiento. Y tengo mi familia grande que son millones de amigos, amigas, compañeras y compañeros de lucha.
—¿Le duele Tabasco?
—Me duele mucho, me da tristeza porque gente sin escrúpulos se ha dedicado a destruir al estado, a destruir el paraíso. Es como una involución, cada vez son peores los gobernantes de Tabasco, se ha venido degenerando cada vez más hasta llegar a Granier, que es un gobernador mediocre y ladrón. Me duele mucho que un estado con tantos recursos naturales, con tanto potencial, no tenga desarrollo, que la gente esté en la pobreza, que muchos tabasqueños para buscarse la vida tengan que abandonar el estado.
—¿Y por qué la oposición no ha podido avanzar?
—Por lo mismo, porque esta mafia de políticos del PRI compran votos, eso fue lo que sucedió en la pasada elección, traficaron con la pobreza de la gente, engañaron al pueblo y ahí están las consecuencias. Pero yo también creo que en el caso de Tabasco, como en todo el país, la gente va a despertar.
—En su trayectoria política, ¿han intentado comprarlo para que desista, para que deje las cosas como están?
—Pues como ya saben cómo soy, no hay ofrecimientos abiertos. Insinúan. Cuando estuve, por ejemplo, en campaña en el 2006, me estaban queriendo dar dinero, 5 millones, pensé que eran de pesos pero no, luego me aclararon que eran 5 millones de dólares y desde luego que no los recibí.
—¿De parte de quién venían?
—De uno de estos mafiosos potentados.
—¿De la Presidencia de la República?
—Del grupo que domina en el país. Y dije no, porque si no, no tendría ningún sentido. Si uno no tiene autoridad moral, autoridad política, no puede uno representar a un pueblo con dignidad. Mira lo que le está sucediendo a Calderón, él aceptó ser títere de los potentados y da pena ajena actualmente. Entonces, por eso yo trato de hacer de mi vida pública una línea recta, lo que estimo más importante son mis principios, mis ideales, mi honestidad.
Durante la campaña presidencial de 2006 surgieron rumores de que Roberto Madrazo, candidato del PRI, había buscado a López Obrador para unir fuerzas contra el PAN. El objetivo era frenar a la derecha, según se dijo entonces. “No, no es cierto”, acota Andrés Manuel.
—Hubo esa versión.
—No, quien me buscó fue Elba Esther Gordillo y no acepté.
—¿Qué le dijo Elba Esther?
—Me mandó a decir que quería reunirse conmigo y yo no acepté reunirme con ella, por lo que representa.
—¿Ni siquiera saber para qué?
—Nada.
—¿Y en lo que va de este gobierno federal lo han buscado?
—Bueno, mandan a decir cosas, pero pues ya saben cuál es la respuesta, yo no voy a traicionar la confianza que han depositado en mí millones de mexicanos, nosotros vamos a lograr la transformación de este país y para ello se necesita autoridad moral y le digo a la gente que líder no va a faltar, que todo va a depender de lo que el pueblo decida, si el pueblo despierta vamos a iniciar la transformación del país y sí se puede sacar adelante a México, porque hay muchos recursos a pesar de que han saqueado al país. México es de los países del mundo con más recursos naturales. En el norte hay minas de oro, de plata, de cobre, en el sur hay agua, petróleo, gas, y en todos lados hay un pueblo bueno, noble, trabajador, heredero de una gran cultura. Entonces, no se justifica lo que está pasando, esto no es culpa del destino, de la fatalidad. No hay ninguna razón natural, geográfica, para esta decadencia. Esto se va a resolver cuando se haga a un lado a la mafia que se ha venido quedando con todos los bienes del país y que tiene oprimido al pueblo de México.
Después de ir a Ixtlahuaca, López Obrador llega a Toluca. “Estamos en la cuna de la mafia política del país”, le dice un ciudadano. Durante la reunión en la capital mexiquense, que se lleva a cabo en el auditorio del Sindicato Mexicano de Electricistas, dos comentarios sorprenden al tabasqueño.
El primero viene de un profesionista de Villa Guerrero, quien pide acelerar la organización del Gobierno Legítimo pues mucha gente está desesperada y ya habla de armas porque no creen que pueda haber un cambio pacífico.
Andrés Manuel responde: “La violencia no es solución, al contario, les daría pretexto a los potentados para establecer por completo un régimen autoritario. Si de por sí desatan el miedo, al momento que haya un levantamiento armado ellos van a establecer un régimen de terror. Nosotros queremos el cambio por la vía pacífica, no queremos más sufrimiento para el pueblo”.
El otro comentario surge espontáneo. Un anciano se levanta y dice, de plano, que si López Obrador no es candidato a la Presidencia en el 2012 no apoyará a ningún otro, ni a Marcelo Ebrard.
La respuesta de Obrador viene serena: “Yo lucho por ideales y por principios. Además, por la fuerza nada, a fuerza ni los zapatos entran. Si la gente no quiere pues no me puedo yo encaprichar. Si hay otra persona, otro dirigente que esté mejor posicionado, pues no lo voy yo a obstaculizar”.
Agrega: “Marcelo Ebrard está bien posicionado, está haciendo un buen gobierno, han querido dividirnos, no lo han logrado, llevamos buena relación, va a haber un acuerdo a partir de la democracia y del que tenga más respaldo de la gente”.
Y subraya: “Ya en el 2011 se va a ver todo con mucha claridad, esa decisión la vamos a tomar entre todos. Pero no puedo yo ser egoísta y decir yo voy a encabezar las aspiraciones de la gente progresista del país, eso se va a ver en su momento”.
La tarde ha caído. López Obrador camina una calle para abordar la camioneta que lo llevará de regreso a la Ciudad de México. “Nos vamos a seguir encontrando”, le dice a la gente.
