sábado, 16 de octubre de 2010

El repudio

Este año del Bicentenario, el cuarto de su gestión, ha sido el fin de la luna de miel de Andrés Granier con el pueblo de Tabasco. De haber llegado a la gubernatura con amplio margen de votación, en estos momentos vive una estrepitosa caída en su popularidad que ocurre en un contexto de despidos de burócratas, desaparición de programas sociales, aumento de impuestos y cuatro inundaciones consecutivas frente a un tufo de corrupción y privilegios que no cesa. Actualmente, más de 75 por ciento de los tabasqueños no le confiaría las llaves de su casa a Granier, según una encuesta reciente. Por eso ahora, desesperado por recuperar simpatías, el gobernador intenta acciones efectistas: lo mismo reparte despensas que anuncia una tardía “cruzada” contra la CFE y la Conagua o cesan a un funcionario menor.

Por Fernando Vázquez Rosas

El resultado definitivo de la elección para gobernador de Tabasco en 2006, según la sentencia que emitió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), dio 436 mil 836 votos para el priista Andrés Rafael Granier Melo y 355 mil 669 sufragios para el perredista César Raúl Ojeda Zubieta.

Juan Francisco Cáceres de la Fuente, candidato del PAN, quedó en tercer lugar con 29 mil 616 votos, seguido del abanderado del PVEM, Pascual Bellizzia Rosique, quien obtuvo 4 mil 42 sufragios, y de Manuel Carlos Paz Ojeda, aspirante de Nueva Alianza, quien apenas alcanzó mil 573 votos.

De acuerdo con la información disponible en el portal del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT), Granier obtuvo el triunfo con casi diez puntos por arriba de su más cercano competidor. (Anexo 1)

Un video exhibido por la oposición en días de campaña muestra la seguridad que el priista tenía en obtener la victoria, a grado tal que aseguraba que Dios ya le había dicho que ganaría. “Yo me pongo en manos del Señor, lo que él diga será... Él ya me dijo que sí, sólo faltan ustedes, que vayan a dejar el voto”, dijo Andrés Granier en un acto con evangélicos poco antes de los comicios. (Anexo 2)

El domingo 31 de diciembre de 2006 Granier Melo tomó protesta como gobernador en el Congreso del Estado y después, en la Plaza de Armas, dio un mensaje en el que habló de diálogo y reconciliación con todas las fuerzas políticas. Aseguró que el Palacio de Gobierno sería la “casa del pueblo” y, frente al entonces Secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, auguró una “excelente relación” con el gobierno federal.

Aquel día de llovizna, el mandatario entrante admitió que había altas expectativas de su gobierno: “Todos los días me lo dicen en la calle, me lo dicen ustedes, las encuestas así lo reflejan”. Y lanzó entonces una frase que reflejaba su optimismo: “Los mejores tiempos de Tabasco serán los tiempos del porvenir”.

Casi cuatro años después, el Gobierno de Tabasco es un desastre.

El pretexto oficial es que las inundaciones consecutivas han dejado pérdidas cuantiosas que han frenado el desarrollo. Pero la realidad es que el quehacer cotidiano del gobierno también ha exhibido descontrol en el ejercicio del poder, privilegios, corrupción y falta de planeación que han exasperado el ánimo colectivo.

Durante los primeros meses en funciones, Granier se mostró como el gran benefactor del pueblo tabasqueño y a la menor oportunidad regalaba vehículos, electrodomésticos, materiales de construcción y prácticamente todo lo que le pidieran.

Este estilo de gobierno alcanzó su cenit a fines de 2007 cuando, tras la inundación catastrófica, la Quinta Grijalva se convirtió en el principal centro de abasto estatal donde el propio gobernador entregaba despensas en manos de los damnificados.

Granier ganó simpatías con su relajo administrativo. Pero gobernador y beneficiarios entraron en un círculo vicioso: A más regalos más aplausos y a más aplausos más regalos. El sueño, sin embargo, terminó en pesadilla.

Y es que mientras la ficción filantrópica oficial se extendía a programas sociales sin controles, bicicletas, apoyos a la mano, despensas y largas filas en la entrada de la Quinta Grijalva para obtener lo que fuese, la clase gobernante encabezada por Andrés Granier también utilizaba a placer el presupuesto público.

Privilegios.

En febrero de 2007 el periódico Reforma publicó que el hijo del gobernador, Fabián Granier, despachaba en la Quinta Grijalva y hacía funciones de gestoría con ayuda de instancias oficiales. Un año después, en marzo de 2008, el PRD tabasqueño exhibió fotografías que demostraban que el mismo hijo del mandatario usaba las aeronaves oficiales para pasear con su novia y amigas e, incluso, que uno de esos vuelos fue para curiosear por la zona donde había ocurrido un derrumbe en el Alto Grijalva.

Otro dato: En la nómina del gobierno estatal figura Norma Cárdenas Zurita, directora general del Instituto Estatal de Cultura, quien es comadre de Granier. Esto, porque el actual gobernador fue padrino de primera comunión de Rigoberto Navarro Cárdenas, hijo de Norma y quien hasta hace poco ocupaba la Dirección General de Imagen y Publicidad Gubernamental. Además, la hermana de Norma, Evelyn Cárdenas Zurita, también cobra como directora general del Instituto para el Fomento de las Artesanías de Tabasco. Toda la familia, pues, vive del presupuesto público.

Así las cosas, cuando la borrachera populista del gobernador terminó, el hilo se cortó por el lado más delgado. Y vino el alud de sinsabores. Se supo entonces de presuntos actos de corrupción relacionados con la compra-venta de terrenos para los damnificados de la inundación, lo cual aún está bajo investigación.

Por otro lado, las viviendas construidas con donativos internacionales para los afectados por las crecientes fueron mal construidas y aún ahora presentan daños estructurales. También se han hecho constantes denuncias públicas de tráfico de influencias entre funcionarios y constructoras que aún ahora siguen sin ser esclarecidas. Y abundan los señalamientos de abandono del campo, de deudas oficiales al sector empresarial, de nulo apoyo a deportistas, de falta de obras, de malos servicios.

Uno de los golpes más dolorosos para el pueblo de Tabasco fue que, mientras el gobierno pedía a la gente “apretarse el cinturón” para poder salir adelante de la devastación de fines de 2007, la administración de Andrés Granier otorgaba millonarios “bonos de fatiga” a sus funcionarios de alto nivel. Con el “bono de fatiga”, los secretarios del gabinete estatal obtenías más ingresos mensuales que sus homólogos federales.

Granier no recibía “bono de fatiga” pero sí una “Asignación por Requerimiento del Encargo” que, sumada a su salario, le significaba ingresos por 174 mil pesos mensuales, que era una cifra superior a lo que percibía el Presidente de México y los mandatarios de España, Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, Rusia y China.

En este contexto de privilegios, la administración estatal comenzó a quejarse de falta de recursos y complicaciones financieras, para lo cual tomó medidas drásticas a fines de 2009 que cargó la factura a la población.

Con el argumento de una “reingeniería administrativa”, de un golpe desaparecieron los programas sociales que beneficiaban a adultos mayores, madres solas y personas con discapacidad; aumentaron los impuestos y derechos; hubo alzas a la tarifa de taxis, lo cual incluso derivó en represión contra choferes que alcanzó a reporteros y fotógrafos; se despidió a más de 3 mil burócratas (aunque extraoficialmente se habla de una cifra superior); y aparentemente se suprimió el “bono de fatiga”, aunque no hay pruebas de ello.

El día de la rechifla en la UJAT.

La respuesta ciudadana no se hizo esperar. El viernes 21 de mayo de 2010, cientos de jóvenes lanzaron tres rechiflas al gobernador Andrés Granier, quien había acudido al Teatro Universitario de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) para presenciar un concurso de canto. En aquella ocasión el mandatario estatal ya no dio ningún discurso.

Adicionalmente, por internet comenzaron a circular decenas de imágenes mofándose de Granier y en Facebook se generaron grupos de amigos repudiando al mandatario, quien comenzó a ser considerado como “el peor gobernador de Tabasco”.

El repudio popular hacia Granier se confirmó en julio de 2010 cuando la encuestadora Gabinete de Comunicación Estratégica dio a conocer un estudio nacional sobre el desempeño de los mandatarios estatales. Poco difundidos, los datos son contundentes.

A la pregunta de ¿qué tanto cree que Andrés Granier Melo cumple con sus deberes como gobernador?, el resultado para el mandatario tabasqueño fue de 6.6 en una escala del 5 al 10, donde 5 es que no cumple con ninguno de sus deberes y 10 es que cumple con todos sus deberes.

Por otro lado, 66.4 por ciento de los encuestados consideró que el gobernador se inclina más hacia los intereses de su partido, el PRI, que hacia los intereses de los ciudadanos. Y 55.3 por ciento opinó que Granier no está trabajando para resolver los problemas del estado.


Hay muchos datos en la encuesta, pero uno define con exactitud la desconfianza que existe hacia Granier: Si el Gobernador de su Estado fuera su vecino y usted tuviera que ausentarse de su casa por varios días, ¿le confiaría las llaves de su casa? El 75.4 por ciento contestó que no. En 2009, a esta misma pregunta el “no” alcanzaba 60.4 por ciento, lo que significa que el rechazo hacia el mandatario tabasqueño ha crecido más de 15 puntos. (Anexo 3)

Un par de meses después, el jueves 23 de septiembre de 2010, el periódico El Universal también dio a conocer una encuesta sobre el trabajo de los gobernadores. Según los datos, 55 por ciento desaprueba a Granier y la mayoría de las personas consultadas considera que el principal error del mandatario tabasqueño es “no saber gobernar”.

Además, una amplia mayoría también opina que el principal logro del gobernador Andrés Granier es “ninguno” y 67 por ciento señaló que su situación económica es “peor” o “mucho peor” en comparación con el año pasado. (Anexo 4)

El mismo día que El Universal dio a conocer su estudio, el Secretario de Gobierno, Humberto Mayans, salió en defensa de Granier. “Es un hombre de gran carácter, con un gran liderazgo social y está trabajando por Tabasco para sacarlo adelante a pesar de la tragedia que está relacionada al cambio climático global que afecta al territorio estatal por ser una gran planicie”, dijo el número dos de la administración estatal.

La inundación de 2010, por la cual se emitió una declaratoria de desastre para 13 municipios de la entidad, pareció ser una oportunidad para el repunte en la popularidad del mandatario tabasqueño, quien volvió a la entrega de despensas y a tener permanentes intervenciones mediáticas.

En este contexto, el gobernador habló de iniciar una “gran cruzada” contra la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para modificar el uso del sistema de presas en el Alto Grijalva y que se concluyan las obras del Plan Hídrico Integral de Tabasco. La intención, sin embargo, llegó tarde, pues hubo que esperar cuatro inundaciones con pérdidas económicas por más de 30 mil millones de pesos y golpe tras golpe en la tranquilidad de la gente, para que el mandatario tomara una determinación.

Incluso, la idea de la “cruzada” parece responder a la presión que desde 2007 ha ejercido Andrés Manuel López Obrador para buscar a los responsables de la inundación, y por la decisión del senador petista Ricardo Monreal de incluso venir a Tabaco para persuadir a Granier de que sumara en una demanda contra el gobierno federal, lo cual el mandatario estatal declinó hacer con el argumento de que Tabasco tiene su propia agenda.

El 13 de octubre corrió la noticia de que un director de la Secretaría de Gobierno, Cristóbal Álvarez Brown, había escondido irregularmente despensas y kits de limpieza en casa de su suegra, en vez de entregarlas a los afectados de la inundación. El secretario Humberto Mayans ordenó su cese inmediato como ejemplo de lo que sucederá a quien quiera lucrar con los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).

Pero, a pesar de los esfuerzos oficiales para quedar bien con la ciudadanía, el descrédito persiste, las críticas contra el gobernador siguen circulando en internet y cada vez hay más voces que reprueban la actual administración estatal.

Frente a la realidad, el viernes 15 de octubre, al inaugurar un centro de salud en Parrilla II, una localidad del municipio de Centro, Andrés Granier pidió: “A los hombres se les tiene que dar la oportunidad de trabajar, de concluir”. Y en alusión a lo que resta de su mandato, añadió: “Todavía hay mucho por hacer en estos dos años, dos meses y 15 días. Lo llevo contadito”.

Los tabasqueños también lo llevan contadito.

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ANEXO 1.- Resultado electoral del 2006. Descargar

ANEXO 2.- En este link se puede ver el video donde Andrés Granier afirma que Dios le dijo que ganaría la elección. Ver

ANEXO 3.- Encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica. Descargar

ANEXO 4.- Encuesta de El Universal. Descargar