lunes, 25 de julio de 2011

¿Quién no quiere ver?

Por Fernando Vázquez Rosas

(Publicado en La Verdad del Sureste, el lunes 25 de julio de 2011)

Hay una fotografía que indigna. Fue tomada el sábado 16 de julio en el Teatro de la Ciudad de Ciudad del Carmen, Campeche. De izquierda a derecha aparecen sonrientes el gobernador Andrés Granier; la alcaldesa de Ciudad del Carmen, Araceli Escalante Jasso; el poeta Roberto Román Arias; el gobernador Fernando Ortega Bernés y la escritora Elena Poniatowska.

La imagen, en sí misma, es amable. El motivo es lo que irrita. Y es que el Gobierno de Campeche entregó la Flor de Oro al poeta Roberto Román Arias, quien es originario ¡de Tabasco! Por eso Granier figura ahí, como invitado especial a la gala cultural en la que estuvo Poniatowska.

Según la información disponible, Granier consideró como algo “maravilloso” que se haya entregado la Flor de Oro a un paisano, aunque en la propia tierra los creadores carezcan de apoyos mínimos, excepto, claro, los beneficiados de siempre como Vicente Gómez Montero.

En otra fotografía Granier aparece aplaudiendo justo el momento en que Roberto Román Arias tiene en sus manos el reconocimiento (que incluye un premio de cien mil pesos) que le han entregado el gobernador campechano y la alcaldesa de Ciudad del Carmen. El mandatario de Tabasco aplaudiendo algo que no hace en su propia entidad.

Y aunque se trataba del reconocimiento a un poeta tabasqueño promovido por las autoridades de otro estado, el Gobierno de Tabasco destacó la presencia de Andrés Granier en ese acto mediante un boletín que fue replicado en la prensa local como campanadas que llaman la atención aunque no haya misa.

En la administración estatal hay, por lo que se ve, una confusión entre lo que son las actividades del gobernador y las acciones de gobierno. Lo importante en esta lógica oficial priista es el culto a la personalidad del Ejecutivo: aunque no haga nada, su presencia pública ya debe ser motivo de aplauso.

Si bien cínico, es sin embargo entendible este saludo de Granier con sombrero ajeno porque su gobierno carece de resultados propios que promover. Una simple comparación entre el presupuesto que ha tenido disponible el mandatario tabasqueño frente a lo que ha realizado genera un saldo negativo, sobre todo si se recuerda que pese a todas las adversidades Tabasco ha contado también con recursos provenientes de los endeudamientos, los donativos por las inundaciones, las aportaciones de Pemex, entre otros rubros.

No obstante, hay una reciente ofensiva mediática oficial para tratar de hacer creer lo contrario. Como que de pronto alguien le recordó al gobernador que se acercan las elecciones y que su administración vive en el descrédito. De ahí que ahora la Secretaría de Turismo anunció una campaña en televisoras nacionales para promover al estado y que el propio Andrés Granier ha vuelto al activismo político.

Hasta hace poco los boletines oficiales daban cuenta de que el Ejecutivo estatal sólo entregaba algunos apoyos a personas, cinco o seis, que acudían a la Quinta Grijalva. Ni siquiera se animaba el mandatario a ir a alguna comunidad para otorgar estas ayudas, a fin de aparentar cercanía con la gente. Ciertamente es de por sí complicado llegar con tanto guarura y camionetas blindadas a sitios humildes.

Pero ahora el gobernador ha comenzado a encabezar actos públicos donde la estrategia es primero anunciar una obra específica y después hacer un recuento de lo supuestamente alcanzado en lo que va de su gobierno.

Sin embargo, Granier no dice por ejemplo que las obras de reparación de caminos que ha iniciado están sustentadas en recursos federales y en recursos del Fonden, los cuales le fueron liberados porque ya pudo pagar el “paripaso” gracias a un nuevo endeudamiento de mil 500 millones de pesos. Y nada dice tampoco de dónde está el presupuesto cercano a los 40 mil millones de pesos que está ejerciendo este 2011, previo al año de elecciones.

Frente a esta realidad, es inevitable dibujar una sonrisa ante el reclamo público que hizo el propio gobernador hace unos días. El viernes 22 de julio, durante el inicio de reconstrucción del camino Ixtacomitán-Curahueso, Andrés Granier expuso: “A pesar de quienes no quieren ver lo que se hace, de los que nos quieren dividir y que no reconocen el trabajo realizado, la transformación de Tabasco avanza y nada ni nadie nos desviará del camino emprendido”.

Pero, ¿quién es el que no quiere ver? ¿Los trabajadores que han perdido poder adquisitivo o el gobierno que despidió a miles de burócratas y se daba bonos de fatiga? ¿Quién es el que no quiere ver y reconocer públicamente la quiebra del ISSET y el endeudamiento descomunal que tiene comprometidas las finanzas estatales?

¿Quién es el que no quiere ver que Tabasco sigue en los primeros lugares de desempleo, que la promoción en televisoras es insignificante si no se da impulso a la infraestructura turística como la edificación de un Centro de Convenciones, que los proyectos se quedan a medias como el caso del ferrocarril de carga?

Y por otro lado, ¿quién es el que tiene dividido al estado entre quienes tienen empleo y los que no, entre los constructores beneficiados con obras y los que no reciben ni un contrato, entre los que se inundan y los que están seguros, entre los que tienen para guaruras y los que padecen la delincuencia?

¿Quién es el que tiene dividido al estado entre los que poseen abundante riqueza y los que viven en la pobreza, que son más de la mitad de los tabasqueños? ¿Quién es el que tiene dividido al estado entre los que no se preocupan por la subsistencia y los que padecen hambre diaria?

¿Quién es el que tiene dividido al estado entre los que fueron despedidos sin liquidación justa y los que fueron protegidos, como José Escayola, quien nunca dejó de recibir su jugoso salario?

¿Quién es el que tiene dividido al estado entre los que reciben la aplicación de la ley a puñetazos y patadas, como el joven Alejandro Zárate Parades, y los que son protegidos ante todo como la señora Liliana Jiménez Olán, quien aventó huevos al senador Ricardo Monreal al interior de la Quinta Grijalva y fue premiada con la dirigencia de las mujeres de la CNOP, un apéndice del PRI?

¿Quién es el que no quiere ver? ¿Quién es el que tiene divididos a los tabasqueños?

En las proximidades de las elecciones, Andrés Granier busca como sea recomponer la incompetencia de su gobierno. Por eso hasta se atreve a decir que “la transformación de Tabasco avanza”.

Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler, sostenía que una mentira repetida muchas veces termina por convertirse en verdad. Por aquí se advierte el empuje promocional granierista, que tiene alcances hasta de himno. Es algo muy lamentable porque el investigador Jorge Carpizo alerta que la mentira, junto con el poder, el dinero, la corrupción y la impunidad, son los factores que tienen destrozada la moral pública en México. Pero de este tema me ocuparé en otra ocasión.

fernandovazquezr@gmail.com

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