lunes, 10 de octubre de 2011

El hijo del gobernador

Por Fernando Vázquez Rosas

(Publicado en La Verdad del Sureste, el lunes 10 de octubre de 2011)

Cuando un ciudadano acude a las urnas a depositar su voto lo hace pensando en el candidato de su preferencia, no en él y sus hijos. Cuando alguien es elegido a un cargo de elección popular el poder se le entrega a su persona, no a él y su descendencia.

El gobierno no es patrimonio particular y por tanto no se puede obsequiar, ni siquiera una porción, a ningún hijo del Ejecutivo en funciones. Si acaso la esposa del gobernador asume las tareas del DIF aunque en calidad de labor honorífica, pero sólo eso.

Además, aunque ninguna ley lo exige, en México los gobernantes suelen mantener alejados a sus familiares, en especial a sus hijos, del ejercicio de la política al menos durante su mandato, para que no interfieran en las decisiones públicas y también para no exponerlos frente a las querellas que suele generar el ejercicio del poder.

A nivel nacional sólo hay un caso que viene a la memoria de un hijo vinculado directamente al poder público. José Ramón López Portillo fue funcionario durante el sexenio en que su padre fue Presidente de México. En defensa de su primogénito, frente a la crítica pública y en un exceso de frivolidad, el Presidente José López Portillo declaró en aquel tiempo que José Ramón era el orgullo de su nepotismo.

Pero en la historia reciente de Tabasco no hay ningún caso similar. El hijo de Manuel Andrade era bebé durante el quinquenio de su padre. El hijo de Enrique Priego, llamado también Enrique, se dedicó a su notaría mientras su progenitor estaba al frente de la administración estatal.

Víctor Manuel Barceló tampoco tuvo problemas de este tipo y los hijos de Roberto Madrazo eran menores durante el gobierno de su padre. Federico Madrazo ha sido empujado ahora por el ex candidato presidencial pero desde otra esfera pública.

Manuel Gurría siempre ha mantenido fuera del estado a sus hijos, mientras que los de Salvador Neme, Ramón y Salvador, en su momento fueron vinculados a negocios pero nunca les permitió su padre involucrarse en la política. De hecho, es hasta ahora que los hijos de Neme han reaparecido en la escena pública local.

José María Peralta no vinculó a su descendencia en la política sino fue después de terminada su gestión cuando el hoy diputado Juan José Peralta Fócil comenzó a involucrarse de lleno en la vida pública.

Emiliano, el hijo de Enrique González Pedrero, siempre se mantuvo fuera de la entidad y Leandro Rovirosa tampoco tuvo problemas. Es ahora que su nieto, Gerardo Gaudiano, está activo en la política perredista.

Las hijas de Mario Trujillo eran niñas cuando su padre fue gobernador y fue hasta mucho después de terminado aquel sexenio que Georgina y Graciela se vincularon a la política.

Y vaya, hasta los hijos de don Manuel R. Mora, Rosario y Manuel (éste ya fallecido), nunca interfirieron en el poder que ostentaba su padre, pues ambos siempre estuvieron dedicados a las artes.

Sin embargo, actualmente en Tabasco las cosas suceden de otra manera. Fabián Granier Calles, hijo del gobernador Andrés Granier, es integrante del Consejo Político Estatal del PRI y hay evidencia de que hace uso de los recursos públicos para fines públicos y también personales. Todo, evidentemente, con la complacencia de su padre.

El 23 de febrero de 2007, días de primavera de este sexenio, el periódico Reforma dio a conocer que Fabián Granier tenía una oficina en la Quinta Grijalva desde la cual atendía a la gente con recursos de la Unidad de Atención Social del Estado (UNASE), hoy desaparecida.

“Desde una oficina en la residencia oficial del Gobernador Andrés Granier Melo, Fabián Granier Calles tramita apoyos para despensas, materiales de construcción y solicitudes de empleo”, expuso aquel día el corresponsal Carlos Mari.

El reportero de Reforma publicó incluso que el propio Fabián Granier admitió “que cuenta con personal de la Unidad de Atención Social del Estado (UNASE) —cuya titular es María Teresa Cabrales— , que le ayuda a atender las solicitudes”.

Según la nota, el hijo del gobernador declaró, textual: “Todas las peticiones las paso a la dependencia correspondiente, que es UNASE, y se les va dando su trámite conforme a lo que yo sé, en este caso agilizo, pues si me llega una petición, sé a dónde mandarla para que se le tome en cuenta”.

El 24 de febrero, Reforma también publicó que el propio gobernador Andrés Granier reconoció la intromisión de su hijo en la administración pública estatal, pero la justificó: “Mi hijo Fabián me ayuda a poder atender a la gente que su padre no puede atender. Mi hijo Fabián no es empleado del gobierno, y eso sí lo puedo decir puntualmente”.

Igual que el caso de Fabián Granier, que se entromete en los asuntos del gobierno sin ser funcionario, ahora Andrés Granier cuenta con un asesor externo supuestamente gratuito en la persona de Gustavo Rosario. El estilo perdura.

Pero ha habido más de Fabián Granier. El 5 de marzo de 2008, Reforma dio cuenta de otro caso de uso o abuso de recursos públicos por parte del hijo del gobernador, quien usaba el avión oficial para pasear con sus novias aún en los tiempos de la inundación.

“El diputado federal del PRD, Rafael Sánchez Cabrales, acusó ayer al hijo del gobernador Andrés Granier de beneficiarse con recursos del erario estatal, al usar aeronaves del gobierno del estado para sus ‘cortejos amorosos’”, dice aquella nota.

En cuanto a los vínculos con la política, basta decir que Fabián Granier apareció públicamente el sábado primero de octubre en un evento donde admitió ser integrante del Consejo Político Estatal del PRI, ante lo cual el gobernador Andrés Granier dijo que su hijo es un militante más de ese partido.

Por cierto que en esa reaparición pública Fabián tuvo un lapsus al declarar que no se usarán recursos públicos para las elecciones, puesto que él no debería hacer este tipo de aclaraciones porque no es funcionario, y develó una mentira oficial al decir que nunca se ha ido del estado, cuando su padre había dicho que estaba fuera de la entidad ante amenazas del crimen organizado.

Lo cierto es que el hacer uso de recursos públicos y ser consejero político del PRI saca a Fabián Granier del ámbito privado y lo convierte en un funcionario de facto cuyo desempeño debe ser investigado, pero también lo coloca como un político activo que intervendrá en la sucesión gubernamental del año próximo.

Fabián Granier no es un militante más del PRI, porque no todos los militantes del PRI son hijos del gobernador. Las decisiones que tome Fabián Granier en el terreno partidista inevitablemente marcarán “línea” al interior de ese partido político. Las preferencias que manifieste Fabián Granier por tal o cual aspirante será tomado como el camino a seguir por los priistas, siempre en espera de que se le dicte a quién apoyar.

La decisiones dentro del PRI, entonces, están ya marcadas por el hijo del gobernador. De hecho, hay versiones de que el distanciamiento entre Andrés Granier y Humberto Mayans fue consecuencia de que Fabián mostraba abiertas simpatías por el secretario de Salud, Luis Felipe Graham.

Según testimonios, por esta situación una agria discusión que llegó a los gritos habría ocurrido en la Quinta Grijalva entre el ex Secretario de Gobierno y el hijo del gobernador. Y que fue por eso que el lunes siguiente Mayans anunció su retiro de la contienda priista acusando “intereses mezquinos decisorios”.

fernandovazquezr@gmail.com

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