sábado, 2 de octubre de 2010

La hueviza alcanzó a Mayans

La última semana de septiembre se suscitó en Villahermosa un hecho que exhibió a nivel nacional al Gobierno del Estado: El senador Ricardo Monreal fue agredido a huevazos dentro de la residencia oficial del mandatario Andrés Granier. El suceso, sin embargo, mostró algo más que un simple desaguisado: la pugna que existe en el PRI frente a la sucesión que viene y la intolerancia que se ha sembrado con odio hacia los opositores, a quienes se insiste en llamar “enemigos de Tabasco”.

Por Fernando Vázquez Rosas

Irascible como es, el secretario de Gobierno de Tabasco, Humberto Mayans Canabal, debe estar sumamente enojado por la agresión a huevazos contra el senador Ricardo Monreal adentro de la Quinta Grijalva.

Era la primera ocasión que Mayans iba a tener para sentarse a la mesa con un opositor real, luego de que a casi cuatro años del gobierno de Andrés Granier los llamados al diálogo han sido tomados con desconfianza por los antagónicos a la administración actual.

Con sólo discurso de tolerancia —porque en la práctica sólo se ha querido someter o comprar a los críticos del gobierno—, el encargado de la política interna no ha conseguido ni siquiera entablar una relación mínima sobre todo con el PRD cercano al lopezobradorismo.

Por eso el gobierno estatal tomó bien la llegada del senador del PT a la Quinta Grijalva. Monreal es cercanísimo a Andrés Manuel López Obrador. Fue su coordinador de campaña en Zacatecas para la elección presidencial de 2006 y, a instancias del tabasqueño, dejó el PRD para irse como coordinador del PT en el Senado, donde AMLO tiene uno de sus músculos legislativos.

Por estrategia y cierto pudor, Granier no recibiría personalmente a Monreal, quien el jueves 9 de septiembre, durante una reunión de la Comisión de Protección Civil en el Senado, le hizo señalamientos directos al gobernador sobre corrupción y negligencia frente a las inundaciones consecutivas en Tabasco.

La idea era que Mayans lo recibiera en la Quinta Grijalva, lo escuchara y que los medios de comunicación atestiguaran el encuentro para después presumir una pluralidad que hasta ahora ha sido artificial en la entidad, tutelada por ciertos opositores en partidos políticos y el Congreso del Estado convenencieramente dóciles al poder.

Según el plan que debieron pasarse horas en fraguar los asesores gubernamentales, al día siguiente los titulares de los diarios deberían destacar palabras como “Diálogo”, “Tolerancia”, “Pluralidad”, secundadas por fotografías de Mayans y Monreal sentados a la mesa o estrechándose la mano.

El plan no era poca cosa. Puestos los ojos en la inundación que sufre el sureste mexicano, donde se ubica Tabasco, y siendo Monreal un senador altamente mediático que acudía a la entidad con ese tema, la foto del Secretario de Gobierno y el Senador de la República seguro acapararía reflectores en medios nacionales.

Pero no.

Monreal llegó temprano al aeropuerto de Villahermosa y, en entrevista telefónica, dijo a la radio local que venía en son de paz. Como lo había anunciado días antes, tomó un taxi y llegó solo a la Quinta Grijalva, donde rápido le permitieron el acceso.

El senador descendió de la unidad, saludó con la mano en alto y ya se enfilaba hacia el interior de la residencia oficial cuando una reportera le pidió unas palabras.

Jalando su maleta, Monreal se acercó a la reja y mientras comenzaba a hilar ideas recibió un alud de huevazos por parte de un grupo de mujeres que bajaron de una camioneta Durango gris, placas PVF-43-27 del estado de Morelos, que minutos antes se había estacionado en lugar prohibido frente a la Quinta con la complacencia de los agentes de tránsito.

Monreal ya se encontraba adentro de la Quinta Grijalva y la agresión vino desde afuera, pero los policías que vigilan la residencia oficial rieron o corrieron a cubrirse aunque nada hicieron por detener la ofensiva e incluso detener a los agresores.

Ahora se sabe, porque ha sido plenamente identificada, que quien encabezó la ofensiva con el argumento de que lo hacía en defensa de Granier es la señora Liliana Jiménez Olán, quien trabaja en el ayuntamiento priista de Macuspana con plaza de Jefa de Departamento.

Pero hay más. Liliana Jiménez Olán es esposa de Carlos Manuel Juárez de la Cruz, quien trabaja como coordinador de comunicación social del recién creado Instituto para el Desarrollo Social de Tabasco, donde el titular es José Escayola Camacho.

José Escayola, a su vez, es hombre de todas las confianzas de Andrés Granier. Ambos son químicos de profesión y trabajaron juntos en un laboratorio antes de que la política les sonriera.

Escayola le debe su carrera política al ahora Ejecutivo estatal. Cuando Granier fue alcalde del municipio de Centro lo nombró Coordinador de Mercados y Panteones, y lo hizo diputado del PRI y presidente del Congreso apenas llegó a la gubernatura.

Durante todo el primer trienio del actual gobierno fue público que Escayola era el favorito de Granier para la alcaldía de Centro, pero en los momentos decisivos todo cambió y la candidatura se les fue de las manos a los químicos. La versión que corrió fue que Mayans se impuso.

Por eso la hueviza al senador Monreal se inscribe en la pugna que existe al interior del partido en el poder por la sucesión que viene, puesto que ya hay quienes dan a Humberto Mayans como candidato del PRI a la gubernatura.

Y por eso también al secretario de Gobierno le ha de haber enojado mucho la agresión al senador petista. Bajo su responsabilidad está la gobernabilidad del estado y las relaciones políticas, pero a nivel estatal y nacional lo que quedó claro es que en Tabasco los legisladores federales no tienen garantías pues pueden ser agredidos incluso dentro de la residencia oficial del gobernador. Y no pasa nada.

Tan enojado debió estar Mayans que, para evitar otro desaguisado, decidió ir personalmente al Congreso del Estado —a donde sólo se presenta para la apertura y clausura de los periodos de sesiones y para la entrega del Informe de Gobierno— a cerciorarse de que Monreal entrara sin contratiempos a una reunión con diputados locales.

Todo esto sucedió, además, en el peor momento que registra la popularidad de Granier.

Y lo que iba a ser pretexto para presumir que el gobierno de Tabasco y el propio Mayans sí son interlocutores de la oposición, incluso la del lopezobradorismo, quedó diluido a una burda agresión por parte de “clases rupestres de un partido político”, como lo definió el propio Monreal, en alusión al PRI, desde la tribuna del Senado el jueves 30 de septiembre.

Por lo pronto, Mayans perdió su oportunidad con la oposición tabasqueña. A través de un comunicado del mismo jueves 30, el PRD estatal que dirige Javier May Rodríguez condenó la agresión a Monreal y consignó:

“La hueviza a un integrante del Senado de la República, que vino a Tabasco a ofrecer alternativas de solución a los graves problemas que enfrenta el estado, contribuye a respaldar lo que siempre ha sostenido el PRD: que son falsos los llamados a la unidad y a sumarse a la causa común de Tabasco que recurrentemente realizan Andrés Granier Melo y Humberto Domingo Mayans Canabal”.

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