lunes, 12 de marzo de 2012

El bono secreto

Por Fernando Vázquez Rosas
(Publicado en La Verdad del Sureste, el lunes 12 de marzo de 2012)
En 2007 y 2008 los magistrados del Tribunal Electoral de Tabasco (TET) se autoaprobaron un bono secreto por considerar, ellos mismos, que su trabajo había sido “excelente”. Oficialmente lo llamaron “Bono de desempeño”, equivalente a una quincena del salario de cada magistrado que fue depositada en la cuenta bancaria de cada uno de ellos.
Fue un bono secreto porque para aprobarlo, los magistrados Isidro Ascencio Pérez, Juana Inés Castillo Torres y José Francisco Quevedo Giorgana, quien en ese entonces era presidente del Tribunal Electoral, se instalaban en sesiones privadas de las que nadie hubiera nunca sabido, de no ser porque ahora fue posible conocer vía transparencia las actas de esas sesiones secretas.
En 2007 los magistrados se aprobaron cinco bonos: el 30 de abril (Acta de Sesión Privada S/ORD/PV/011/2007), el 29 de junio (Acta S/ORD/PV/018/2007), el 31 de agosto (Acta S/ORD/PV/021/2007), el 5 de noviembre (Acta S/ORD/PV/025/2007) y el 12 de diciembre (Acta S/ORD/PV/026/2007).
Durante 2008 fueron seis los bonos secretos: el 3 de marzo (Acta 008/2008), el 6 de mayo (Acta 011/2008), el 27 de junio (015/2008), el 27 de agosto (Acta 020/2008), el 31 de octubre (Acta 023/2008), y el 8 de diciembre (024/2008).
En total fueron 11 bonos y como cada uno era equivalente a una quincena del salario de cada magistrado, un cálculo numérico indica que en 2007 el Tribunal Electoral de Tabasco pagó aproximadamente por este concepto un total de 500 mil pesos.
Esto, porque ese año el presidente del TET percibía alrededor de cien mil pesos mensuales, de modo que cada bono que se autoasignaba ascendía a 50 mil pesos, mientras que los otros dos magistrados numerarios ganaban unos 50 mil pesos al mes y cada bono le significaba 25 mil pesos adicionales.
Para 2008, de acuerdo con el tabulador oficial de ese año, el sueldo mensual del presidente del TET ya era de 108 mil 539 pesos, de modo que su bono secreto era de 54 mil 269 pesos, y los otros dos magistrados percibían 51 mil 877 pesos al mes y su bono era de 25 mil 938 pesos.
Esto significa que en 2008 el Tribunal Electoral de Tabasco desembolsó un total de 636 mil 882 pesos para pagar los bonos secretos que se autoasignaron los magistrados electorales.
Sumadas las erogaciones de 2007 y 2008 por este concepto, resulta que el Tribunal Electoral de Tabasco pagó a los magistrados un millón 136 mil pesos en los bonos secretos por supuesto trabajo excelente.
Los 11 bonos equivalen a 11 quincenas, es decir, casi medio año de salario adicional que los magistrados electorales se autopagaron sólo por considerar, subjetivamente, que su trabajo había sido excelente, porque las actas no contienen ninguna relatoría del trabajo realizado, ningún documento ni nada que justifique el bono, sólo el dicho de los propios magistrados.
El bono sorprende porque, además de lo que significa el uso de dinero público de manera sospechosa o francamente irregular, se otorgó durante 2007 y 2008 que no fueron años electorales, por lo que el quehacer del TET disminuye. Pero sorprende aún más porque los magistrados electorales se autoasignaron el bono en tiempos de mucha dificultad en Tabasco debido a la inundación.
El acta ejemplar es la del 12 de diciembre de 2007: Tabasco estaba devastado, el centro de Villahermosa estaba destruido, familias enteras deambulaban por las calles en busca de alimento y protección, pero eso no impidió que José Francisco Quevedo Giorgana, Isidro Ascencio Pérez y Juana Inés Castillo Torres sesionaran en privado para autoevaluarse, autocalificarse de excelente y autoasignarse su bono.
Y una cosa más: Como ese dinero se otorgó oficialmente como “bono de desempeño”, y de manera secreta, se desconoce si los magistrados pagaron impuestos por esa percepción.






El viernes 9 de marzo de 2011 di a conocer en Telereportaje toda esta información. Ante el micrófono de la XEVT expuse que los magistrados electorales cometieron diversas violaciones a la Constitución del Estado, a la Ley Orgánica del Tribunal Electoral de Tabasco y a la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos.
También hice la siguiente reflexión:
Este sexenio será recordado, entre otras cosas, por las inundaciones, el aumento de la pobreza, el desempleo, el despido de miles de trabajadores del gobierno, la inseguridad. También será recordado por los bonos: el bono electoral, el bono de fatiga, el bono secreto de los magistrados del Tribunal Electoral.
Las autoridades abusan del poder para poder darse bonos. Si el gobernador Andrés Granier autorizó bonos de fatiga para los altos funcionarios, ¿por qué los magistrados no iban a autorizarse bonos secretos por su trabajo excelente, según su propia evaluación?
Bonos secretos que rebasan el millón de pesos para sólo tres personas: los magistrados Isidro Ascencio Pérez, Juana Inés Castillo Torres y José Francisco Quevedo Giorgana.
¿A quién de ellos se le ocurrió la idea? ¿Quién de ellos tres dio la orden? Es lo de menos. El hecho es que se autopagaron sumas insólitas frente a la desesperación que vivían todos los tabasqueños por la inundación.
Es el dinero y es la acción. El dinero, que es dinero público. Y la acción, que es una infamia. La ruindad que se enseñorea como cáncer en los huesos.
A causa de esos bonos secretos, el Tribunal Electoral de Tabasco ha perdido la autoridad moral que requiere como institución. ¿Con qué cara los magistrados van a decirle ahora a los políticos o a los partidos que merecen tal o cual sanción si ellos mismos abusan de su cargo y de la ley?
Los magistrados del Tribunal Electoral le han faltado el respeto a los tabasqueños, se han burlado de la buena fe que se les otorgó al nombrarlos titulares de un organismo autónomo.
La autonomía para fortalecer la democracia, en sus manos se convirtió en egolatría y libertinaje pecuniario. Si este es el ejemplo que dan las autoridades, de ilegalidad e inmoralidad, que no pregunten después por qué los jóvenes hacen esto o aquello.
Los magistrados del Tribunal Electoral de Tabasco, a decir de los documentos que prueban el bono secreto, abusan del poder, construyen su patrimonio privado a costa del presupuesto público, convierten las oficinas públicas en pasillos de indecencia.
Los magistrados del Tribunal Electoral se ríen desde la impunidad y extienden el gozo de su arbitrariedad hacia otras autoridades cómplices, porque es imposible que metieran tanta mano al dinero público sin ser vistos, aunque sea de reojo.
Y encima de todo, mienten públicamente los magistrados tratando de aparentar respetabilidad y exigiendo trato de grandes señores cuando portan la pequeñez del sinvergüenza. Porque no se entiende de otra manera que se hayan llevado billetes a la bolsa tratando de que nadie se diera cuenta, embriagados por la ambición, auspiciados por la impunidad que no cesa. No les ha importado empeñar su propia historia.
Ahí quedará documentado, para la historia estatal, este desafortunado suceso. En los tiempos que corren, la memoria colectiva es la mejor defensa contra la arbitrariedad. Conocer contribuye a entender el entorno. No olvidar sirve para atajar errores.
Si tienen un poco de vergüenza, que los magistrados devuelvan el dinero.
fernandovazquezr@gmail.com
@fer_vazquezr
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