domingo, 5 de junio de 2011

¿De qué es culpable la gente?

Por Fernando Vázquez Rosas

(Publicado en La Verdad del Sureste, el lunes 30 de mayo de 2011)

Cerca de las siete de la noche del jueves 26 de mayo, el gobernador Andrés Granier anunció que su administración había abierto una cuenta en Twitter para proporcionar información que evitara rumores, como los que se habían desatado días atrás a partir de la ola de criminalidad que volvió con intensidad a Cárdenas.

El anuncio, sin embargo, traía cierta carga de falsedad. Y es que el perfil de @GobTabasco indica claramente que esa cuenta está habilitada desde el 30 de enero de 2010. ¿Por qué no se usó desde entonces el Twitter para mantener informada a la población de los asuntos públicos?

Quizá las autoridades locales habían subestimado las redes sociales y el Twitter, aunque lo más probable es que habían evitado esas nuevas formas de comunicación porque sabían y saben que no las pueden controlar ni mucho menos comprar.

Por eso, cuando a través del Twitter comenzaron a circular mensajes sobre presuntos hechos violentos por aquí y por allá, el Secretario de Gobierno, Rafael González Lastra, salió furibundo y hasta bravucón ante los medios de comunicación a decir que se iba a perseguir a esas “mentes perversas” que difundían rumores para desestabilizar a la población.

González Lastra al parecer olvidó que ya no es Procurador y que ahora la persecución de los delitos está a cargo de Gregorio Romero Tequextle, nuevo titular de la PGJ. Pero lo más sorprendente es que el Notario Público con licencia pasó por alto que ninguna autoridad debe actuar con prejuicio ante la ley.

Para que el ex Procurador hablara de “mentes perversas”, primero se debía haber encontrado a los presuntos culpables, se les tenía que haber detenido y se les debía haber practicado exámenes psicológicos. Nada de eso había ocurrido, lo cual deja ver el estilo autoritario con el que comienza su gestión como heredero de las funciones de Humberto Mayans: denigrar públicamente antes de comprobar siquiera el presunto ilícito.

En esos momentos de desesperación oficial también apareció públicamente el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Rodolfo Campos Montejo, quien igual habló de “mentes perversas”, pero fue más allá y propuso la creación de una policía cibernética estatal.

Y como por arte de magia, unos días después se supo públicamente que esa policía cibernética ya se había integrado, lo que despierta suspicacias si se toma en cuenta que menos del 25 por ciento de las autoridades policiacas estatales han sido certificadas, según el último reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

La certificación de policías incluye la prueba del polígrafo (detector de mentiras), exámenes psicológicos y el antidoping. El gobierno estatal ni siquiera ha cumplido con ese requisito al que se comprometió frente a toda la nación desde 2008 y tampoco ha mejorado las condiciones laborales de los elementos, pero ya integró de pronto una policía cibernética.

Lo cierto es que todo este asunto de los rumores y su persecución verbalmente implacable exhiben que el Gobierno de Tabasco no está preparado para el tema de las nuevas tecnologías y que ante la ola de criminalidad actúa sin estrategias y con desesperación.

Por ejemplo, hasta que comenzaron los hechos violentos de hace unos días en Cárdenas la población tabasqueña se enteró que los batallones del Ejército se habían ido de la entidad. ¿Dónde estaba el gobernador Andrés Granier cuando el gobierno federal decidió mover a los soldados? ¿Por qué no exigió desde entonces que se quedaran en la entidad? ¿Por qué esperó a que hubiera una nueva ejecución para quejarse públicamente?

Eso sí, con el pretexto de los rumores, se vuelca toda la autoridad a perseguir a la sociedad que, asustada, recibe y reenvía mensajes sobre violencia que le llegan por doquier y que toman revuelo frente al silencio oficial. ¿De qué es culpable la gente? ¿De sentir miedo? ¿De reenviar mensajes para tratar de evitar que sus familiares o amigos se acerquen por aquellos lugares donde, según se dice, hay peligro? ¿De tener autoridades que no cumplen con garantizarles tranquilidad?

A Granier y a los suyos les pasó algo así como el cuento de Monterroso: “Y cuando el Gobierno de Tabasco despertó, las redes sociales ya estaban ahí”. La queja amarga fue por los rumores. Pero los rumores, en cualquier parte, se enfrentan con información.

Ahora, en un tardío intento de remedio, se anunció la apertura de la cuenta en Twitter, aunque siguen pendientes las acciones para enfrentar los problemas de fondo: la inseguridad por sí misma, pero también la pobreza y el desempleo, que en mucho propician la delincuencia.

Y hay algo más. Las redes sociales han sido el motor de cambios que parecían impensables en el norte de África, en el mundo árabe y ahora también en plena Europa, incluido Madrid, España, muy cercano a los mexicanos en términos culturales.

Ahora que se celebró el Día Mundial de Internet, el último dato disponible mostró que en Tabasco ya hay cerca de 700 mil usuarios de internet, que seguramente en su mayoría son jóvenes, pues son los que suelen usar más las nuevas tecnologías.

Hablar de casi 700 mil tabasqueños es referirse a una tercera parte de la población, tomando en cuenta que el último censo del INEGI reportó alrededor de 2 millones 300 mil habitantes en la entidad.

¿No será que todo eso de la intimidación a los usuarios de las redes sociales y la creación de la policía cibernética se debe a que los usuarios de internet en la entidad van en aumento y justamente a través de esas nuevas tecnologías es que han sucedido grandes cambios en diversas partes del mundo?

En 2012, que ya está a la vuelta de unos cuantos meses, hay elecciones en Tabasco. Imposible no mirar hacia allá.

fernandovazquezr@gmail.com

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