jueves, 2 de junio de 2011

El gobernador del miedo

Por Fernando Vázquez Rosas

(Publicado en La Verdad del Sureste, el martes 22 de marzo de 2011)

A lo largo de su gobierno, Andrés Granier ha ido perfilando una política del miedo que, a estas alturas del sexenio, se advierte ya como estrategia electoral. Desde luego que hay problemas de inseguridad en el estado, pero de un mandatario se esperan resultados, no la simple difusión de temores.

Luego de la devastación de 2007, una y otra vez el Ejecutivo estatal ha propagado que estamos en riesgo inminente de inundación. En 2010, de hecho, hubo más pánico que creciente real. Imperó el miedo difundido desde las esferas oficiales.

En el tema del crimen organizado, Granier siempre declara que es un tema delicado, que merece la mayor de las discreciones, pero a lo largo de los meses hemos sabido por él mismo que ha recibido amenazas de muerte, al igual que otros gobernadores (muchos de los cuales, por cierto, lo desmintieron).

También nos hemos enterado, en voz del propio gobernador, que su hijo Fabián tuvo que salir del estado por amenazas; que una de sus hijas sufrió un atentado y tuvo que cambiar de domicilio; y ahora, recientemente, que el “Chapo” Guzmán se mueve en Tabasco.

Sobre esto último, según notas periodísticas Andrés Granier expuso que se trataba de información privada, pero soltó: “Aquí (en Tabasco) se movía el Cártel del Golfo, su brazo armado eran los zetas; hoy el Cártel del Golfo y los Zetas forman organizaciones totalmente diferentes; los Zetas están en Tabasco, el Golfo se mueve, El Chapo se mueve también”.

Toda una revelación detallada de corte incluso internacional para tratarse de información reservada. La pregunta es: ¿por qué Granier se esmera en hacer públicos ese tipo de datos?

Un gobernador que alerta mucho sólo genera pánico, no soluciones. Y esto, sobredimensionado por él mismo, no tiene otra explicación más que el propósito de minimizar todas las fallas de su propia administración.

Porque, veamos, el problema de las inundaciones, según el gobierno estatal, se debe a la Conagua. Y el del crimen organizado, a las fuerzas federales. La estrategia de Granier parece ser: estamos inseguros por culpa del gobierno federal, así que ni me pregunten de las obras que no he hecho, ni del hoyo financiero del que me acusan, ni de la pobreza que no cesa, ni del desempleo que sofoca más que el calor habitual de la entidad.

El tema de la inseguridad le gusta, pues, para opacar su impericia al frente del gobierno estatal. O dicho de otra manera: a falta de obras y resultados, antepone la política del miedo.

Y esto, frente a la temporada electoral que se avecina, en un contexto donde la mayoría de la población clama por un cambio, sólo puede entenderse como una estrategia que busca la inmovilidad colectiva, como diciendo: no hago nada pero que nadie se mueva porque las cosas pueden estar peor.

Para los descreídos, hay datos que muestran claramente que Tabasco no tiene tantos problemas del crimen organizado frente a otras entidades que, aún con esas dificultades, presentan mayor desarrollo.

Un reporte de la Procuraduría General de la República (PGR), obtenido vía acceso a la información, demuestra que del primero de diciembre de 2006 al 30 de agosto de 2010 se registraron en todo el país un total de 506 mil 414 delitos federales, de los cuales, 258 mil 276 fueron delitos contra la salud.

Pues bien, en ese informe Tabasco aparece como la sexta entidad con menos problemas delictivos, pues registró un total de 3 mil 857 delitos federales en ese mismo lapso de tiempo.

En el tema específico de los delitos contra la salud, la entidad tabasqueña figura con un total de mil 140 casos, con lo cual se ubica como el segundo estado con menos problemas de ese tipo, tan sólo después de Tlaxcala que registra 404 delitos.

Los estados con más problemas en delitos contra la salud son Jalisco (54,448 delitos), Distrito Federal (34,852), Guanajuato (31,059), Baja California (29,984), Sonora (14,022) y Sinaloa (12,934). Son datos oficiales de la PGR.

¿Esto significa que en Tabasco hay que echar las campanas al vuelo? Desde luego que no. Debe seguir el combate contra el crimen organizado. Pero las tareas de inteligencia requieren de la necesaria prudencia.

Y en vez de implementar políticas del miedo para tratar de desarticular el motor del cambio que ya se respira entre la gente, mejor sería que el gobernador Andrés Granier se preocupara menos y se ocupara más en resolver los gravísimos problemas de pobreza y desempleo que persisten en Tabasco y que, sin duda, son caldo de cultivo para las actividades delictivas.

POR CIERTO… Cualquier gobierno que tenga un poco de respeto por la sociedad al menos se ruborizaría al anunciar la tala de cientos de árboles para sustituirlos por asfalto. El derribo de mil 200 árboles, entre los cuales hay muchas ceibas, va a resolver en parte problemas de tráfico en la zona de Ciudad Industrial de Villahermosa, pero comprometerá seriamente el medio ambiente para las futuras generaciones. Sin embargo, hay algo más. En vez de que las autoridades aprovecharan la ocasión para promover el uso del transporte público o transportes alternativos como la bicicleta, optaron por la ampliación de carriles que incentivará el uso del automóvil. Y esto beneficia directamente al consuegro del gobernador Andrés Granier, pues una de sus hijas está casada con el hijo de Sergio Cruces Galán, quien con su Grupo Cruces vende alrededor de 40 por ciento de los vehículos nuevos que cada año circulan en la entidad.

fernandovazquezr@gmail.com

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