sábado, 4 de junio de 2011

Tiempo de canallas

Por Fernando Vázquez Rosas

(Publicado en La Verdad del Sureste, el lunes 11 de abril de 2011)

El sábado 9 de abril, escritores y poetas leyeron textos en defensa de los árboles en la zona de Ciudad Industrial. También se dieron cita jóvenes, mujeres y niños, quienes se manifestaron en contra de la tala. En la convocatoria a ese encuentro ciudadano dijeron que podía tomar la palabra todo aquel que tuviera algo que decir. Con megáfono en mano, este es el texto que leí bajo la sombra de aquellos árboles que, contados sus días, todavía siguen de pie, aferradas sus raíces a la tierra:

Vivimos tiempos de canallas.

En medio de las balas que provienen del crimen organizado y de las que disparan las fuerzas oficiales, han caído alrededor de 40 mil mexicanos, muchos de ellos civiles que no tenían nada que ver con esa guerra absurda.

Pero así como es totalmente inaceptable ese tipo de muerte, también es condenable el manto negro que se ha tendido sobre los árboles de esta zona de Ciudad Industrial.

Su delito, el de los árboles, parece ser el estar vivos, dar un poco de sombra para aliviar el calor, dibujar un paisaje agradable entre la mancha urbana que se extiende veloz. Ese parece ser su delito.

Pero hay algo más.

Hace muchos, muchos años, que los árboles están aquí. Desde sus ramas, que se elevan como vigías de la vida, han visto pasar generaciones: bebés que ahora son adolescentes; niños que ahora son jóvenes; muchachos que ahora son adultos; adultos que ahora son viejos; viejos que ahora son flores.

Los árboles crecieron con el tiempo, presenciaron la construcción de casas a su alrededor, vieron día a día incrementarse el río de vehículos.

Ellos, los árboles, ya estaban aquí cuando un día, de pronto, unos rufianes llegaron al poder y los condenaron a muerte bajo la terrible acusación de interferir en sus negocios.

No lo dijeron así, claro, porque públicamente los señalan de interferir en el desarrollo urbano y el progreso. ¡Imagínense qué argumento!

La realidad es que los árboles interfieren en los negocios de unos cuantos. ¿Por qué? Hay dos ejemplos clarísimos.

Primer ejemplo: Uno de los constructores de la ampliación de carriles, por la que cortarán los árboles, es Santandreu, el mismo que ha sido beneficiado con muchas obras oficiales, como la Plaza Bicentenario y otras del Plan Hídrico.

Todas esas obras de Santandreu suelen resultar más caras del presupuesto inicial y suelen también tener observaciones por estar mal hechas.

Por si fuera poco, Santandreu tiene sus instalaciones sobre Avenida Aluminio, aquí en Ciudad Industrial, cuya ampliación y mejoramiento podría evitar el derribo de los árboles. Pero eso no se hace porque, desde luego, no le conviene a Santandreu.

Segundo ejemplo: Un gobierno con visión de futuro promovería el uso de transportes alternativos, como la bicicleta, y también el transporte público. No hace falta tener un censo para saber que la mayoría de los habitantes de esta zona de Ciudad Industrial y las colonias que están por aquí, no cuentan con vehículo y requieren de transporte público.

La ampliación de carriles de asfalto sólo incentiva el uso del automóvil, y eso beneficia directamente a Sergio Cruces Galán, consuegro del gobernador Andrés Granier.

Sergio Cruces Galán es propietario del Grupo Cruces, que vende alrededor del 40 por ciento de los autos nuevos que circulan cada año en Tabasco.

Y bueno, el hijo de Sergio Cruces Galán está casado con una hija de Andrés Granier. Por eso son consuegros. Y si la ampliación de carriles promueve el uso de automóviles, está claro a quién le conviene más.

Yo digo que los árboles no tienen la culpa de la ambición de unos cuantos, que deben explorarse otras opciones y que las autoridades no deben comprometer el futuro ambiental de los ciudadanos.

Es una incongruencia que el gobernador Andrés Granier y el Secretario de Gobierno, Humberto Mayans, se quejen tanto del cambio climático y al mismo tiempo estén cruzados de brazos o promuevan la tala de árboles.

Por cierto, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Aquiles Domínguez Cerino, declaró que se hicieron todos los estudios posibles y que la opción viable es la de ampliar carriles y tumbar árboles.

Eso lo declaró públicamente el funcionario estatal. Pues yo le pido públicamente al secretario Aquiles Domínguez Cerino que, antes de que se corte un sólo árbol, exhiba ante los ciudadanos cuáles fueron esas otras opciones que se descartaron y por qué se descartaron.

Los señores del gobierno tienen que entender que ellos son trabajadores de los ciudadanos y que, por tanto, cualquier decisión que quieran tomar no puede hacerse a espaldas de la gente o desde la oscuridad de sus oficinas. Queremos transparencia y queremos que los árboles vivan.

Vivimos tiempos de canallas. Pero afortunadamente en Tabasco hay una reserva moral de ciudadanos que cada vez se activa más.

Hoy me preguntó mi hija Arantxa que a qué veníamos. A esto venimos, hija, a defender la vida de los árboles, las ganas de ser libres, la dignidad y la esperanza, que nunca nos van a arrebatar.

POR CIERTO… La Secretaría de Administración y Finanzas ya subió a internet el tabulador salarial vigente para este año. El gobernador ahora gana al mes $129,954.83, los secretarios del gabinete perciben mensual $76,397.84 y los directores generales cobran $52,413.60. Eso según el tabulador oficial. Insisto en la precisión porque luego se descubren “bonos de fatiga” o algunos otros muchos miles de pesos que los funcionarios de alto nivel se llevan a la bolsa de manera discrecional, mientras que a los empleados que sí trabajan les reducen prestaciones o de plano los despiden.

fernandovazquezr@gmail.com

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